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7 de junio de 2023

HÁBITOS RESPIRATORIOS QUE NOS AYUDAN

 


La buena respiración es una habilidad que puede mejorar nuestra salud física y mental. Respirar correctamente significa usar el diafragma, un músculo que se encuentra debajo de los pulmones y que se encarga de llenarlos y vaciarlos de aire. La respiración diafragmática o abdominal nos permite oxigenar mejor nuestro organismo y relajar nuestro sistema nervioso. Veamos algunos de los efectos positivos que tiene una buena respiración en nuestro cuerpo:

 - Aumenta el oxígeno en la sangre. Al respirar profundamente, el aire llega a todos los alvéolos pulmonares, donde se produce el intercambio de gases con la sangre

- Mejora la digestión. Permite una mejor capacidad de digerir y asimilar los alimentos. El estómago aumenta su capacidad de trabajo y su rendimiento, por lo que se reducen síntomas como la inflamación, irritación, gases y/o estreñimiento.

- Estimula la circulación. La respiración profunda ayuda a mejorar el flujo sanguíneo y a regular la presión arterial. Al inhalar, el diafragma se mueve hacia abajo y crea un vacío que facilita el retorno venoso al corazón. Al exhalar, el diafragma se relaja y empuja la sangre hacia las arterias.

- Promueve el rejuvenecimiento. Tiene un efecto antioxidante en nuestro organismo, ya que elimina más dióxido de carbono y otras toxinas que pueden dañar nuestras células. Además, al relajar el sistema nervioso, reduce los niveles de cortisol, una hormona relacionada con el estrés y el envejecimiento.

- Control de peso. La respiración profunda puede ayudarnos a regular nuestro apetito y a quemar más calorías. Al respirar correctamente, enviamos señales al cerebro de que estamos saciados y evitamos comer en exceso. Favorecemos el metabolismo de las grasas y las convertimos en energía.

¿Qué actividades mejoran la buena respiración?

 - Respiración consciente. Consiste en prestar atención a nuestra forma de respirar y tratar de hacerlo de manera pausada, rítmica y profunda. Podemos hacerlo sentados en una silla, con la espalda recta y una mano en el abdomen, o tumbados en la cama. Inhalemos por la nariz y exhalamos por la boca, sintiendo cómo se hincha y se relaja nuestro abdomen.

- Respiración alterna. Es una técnica de yoga que consiste en respirar alternando las fosas nasales. Tapamos una fosa nasal con el dedo pulgar e inhalamos por la otra fosa nasal. Luego tapamos la fosa nasal por la que hemos inhalado con el dedo índice y exhalamos por la otra fosa nasal. 

- Respiración con movimiento. Es una forma de integrar la respiración con el ejercicio físico. Lo importante es coordinar nuestra respiración con nuestro movimiento, creando un patrón rítmico que nos ayude a mantener un buen ritmo cardiaco y a evitar la fatiga.

Como hemos visto, la buena respiración tiene muchos beneficios para nuestra salud física y mental. Por eso, es importante dedicar unos minutos al día a practicar alguna de estas actividades que nos ayuden a mejorar nuestra forma de respirar.

ASÍ QUE ÁNIMO Y A ELLO….

14 de abril de 2023

HÁBITOS SALUDABLES A PARTIR DE LOS 60


 

La década de los 60 años es sinónimo de jubilación y descanso. El fin del estrés y la vida frenética es un gran paso para nuestra salud, pero hemos de tener cuidado con esta nueva etapa ya que podemos adquirir hábitos no recomendables como consecuencia de tener más tiempo libre (sedentarismo, alteración de sueño, no estimular la mente, etc..). Estas recomendaciones que a continuación se indican ayudarán a disfrutar de buena salud el mayor tiempo posible:

1.- Ejercitar  nuestro cerebro (Mens sana in corpore sano): El cerebro, al igual que los músculos, se atrofia si no se utiliza. El deterioro cognitivo se acelera si no realizamos tareas que supongan un desafío a nivel mental. La demencia es una de las enfermedades cognitivas más incapacitantes que existen, para reducir ese riesgo en la medida de lo posible es recomendable entrenar nuestro cerebro. Lo que sí retrasa el deterioro cognitivo asociado con la edad es aprender tareas nuevas como pueden ser aprender un idioma nuevo, tocar un instrumento, aprender sobre cocina o cualquier actividad que suponga un estímulo para tu cerebro. Toda habilidad que sea nueva para nosotros será útil en este objetivo.

2.- Muévete más que nunca: A partir de la jubilación muchas personas comienzan a moverse cada vez menos. Al pasar de un ritmo diario de movimiento a no tener que hacerlo, suele producirse un aumento de peso y empeoramiento de la salud cardiovascular. En esta etapa de la vida nuestro cuerpo comienza a acelerar el ritmo de envejecimiento, y si nos dejamos de mover esa velocidad es aún mayor. El tiempo libre debe aprovecharse para aumentar la cantidad de actividad física. La idea es que en lugar de movernos menos que antes, hagamos todo lo contrario y nos movamos más.

3.- Actívate de día y descansa por la noche: La falta de sueño tiene un gran impacto negativo. A nivel físico aumenta el riesgo de todo tipo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas. A nivel mental supone una merma de nuestras capacidades cognitivas. Cuando tenemos un ritmo de trabajo y tareas podemos establecer periodos de tiempo en los que nos activamos y en los que descansamos. Si cortamos ese ritmo, puede que durmamos más durante el día y nos activemos menos, lo que hará que llegada la hora de ir a la cama no tengamos sueño. Al no tener que madrugar al día siguiente puede también que tendamos a trasnochar. En definitiva, es bastante común alterar los ritmos circadianos de sueño y vigilia. Para evitarlo, fija una hora a la que ir a la cama y actívate durante el día con ejercicio físico.

4.- Entrena la fuerza: A partir de los 60 se acelera la velocidad a la que perdemos masa muscular, fuerza y potencia. La sarcopenia, que es como se conoce a la pérdida de masa muscular, está relacionada con problemas metabólicos porque nuestra musculatura es un escudo que nos protege contra dichos problemas. La pérdida de fuerza y de potencia a medida que cumplimos años se asocia con mayor riesgo de caídas y fracturas. Para evitar todo ello, el entrenamiento de fuerza es vital en esta etapa. Algo tan sencillo como entrenar fuerza un par de días a la semana disminuye considerablemente el riesgo de tener que utilizar un andador o no tener fuerza suficiente para subir o bajar escaleras.

5.- Come suficiente proteína: La proteína es el macronutriente fundamental para nuestros músculos. Solemos pecar en las diferentes etapas de la vida de no consumir la suficiente cantidad de proteína, especialmente a partir de los 60 años que es cuando más la necesitamos. Cuantos más años tenemos, más proteína necesitamos para evitar perder masa muscular. La unión de entrenamiento de fuerza y proteína será la mejor combinación para mantener nuestra masa muscular, no por estética, que también, sino por salud. Llena cada plato de comida con una fuente de proteína de calidad y acompáñala con suficientes vegetales que aporten todas las vitaminas y minerales que necesitamos.

 ASÍ QUE ÁNIMO Y A ELLO....

18 de enero de 2023

MEMORIA – Claves para preservarla y evitar la demencia

 


La demencia afecta cada vez a más persona alcanzado la cifra de 50 millones de personas a nivel mundial. Podemos realizar pequeños cambios en nuestro estilo de vida que ayudarán a prevenir esta degradación y que potenciarán nuestra memoria y combatirán la demencia:

1.-     Controlar la presión arterial y los niveles de colesterol: la presión arterial alta debilitan el corazón y reducen la llegada de oxígeno al cerebro. El nivel de colesterol alto provoca los mismos efectos.

2.- Mantener bajo control la glucemia (azúcar en la sangre): el principal combustible del cerebro es el azúcar, pero deben mantenerse sus niveles bajo control ya que valores altos lo dañan.

3.- Dormir bien cada noche: hay que descansar todas las noches tanto en calidad come en cantidad. Hay que establecer la rutina y evitar aquello que nos perturbe el sueño.

4.- Llevar una dieta equilibrada: la alimentación es fundamental para la salud. Se recomienda la ingesta de ácidos grasos omega 3, compuestos antioxidantes, vitaminas del grupo B y también de compuestos fenólicos que tienen un efecto antiinflamatorio en el organismo.

5.- Evitar el tabaquismo: fumar incrementa notablemente el riesgo de la demencia ya que sus sustancias tienen un efecto tóxico para el cerebro. 

6.- Socializar siempre que sea posible: las personas mayores que socializan tienen menos posibilidades de sufrir pérdidas de memoria. 

7.- Aprender nuevas habilidades: el aprendizaje de nuevas habilidades adquiridas permite crear nuevas  conexiones en el cerebro y por lo tanto, potencia la memoria ayudando a reducir el riesgo de demencia.

ASI QUE ANIMO Y A ELLO....